Si partimos de contemplar con detenimiento las principales dimensiones que tenemos que tener presente a la hora de planificar y ejecutar nuestra labor como docentes de Educación Tecnológica, nos encontraremos seguramente ante una gran pregunta: ¿Cuáles son las dimensiones más importantes en Educación Tecnológica?
1. ¿La capacitación Práctica?
2. ¿El conocimiento de los procesos productivos?
3. ¿Los conocimientos técnicos de procesos de fabricación y producción electromecánicos?
4. ¿El conocimiento de nuevas tecnologías?
5. ¿La relación entre los procesos tecnológicos y los cambios sociales?
6. ¿La resolución de problemas tecnológicos escolares?
7. ¿La relación entre ciencia y tecnología?
8. ¿El enfoque sistémico?
1. ¿La capacitación Práctica?
2. ¿El conocimiento de los procesos productivos?
3. ¿Los conocimientos técnicos de procesos de fabricación y producción electromecánicos?
4. ¿El conocimiento de nuevas tecnologías?
5. ¿La relación entre los procesos tecnológicos y los cambios sociales?
6. ¿La resolución de problemas tecnológicos escolares?
7. ¿La relación entre ciencia y tecnología?
8. ¿El enfoque sistémico?
(Opinión personal)
De lo anterior, creeo que no podemos simplificar el problema eliminando una u otra dimensión, ya que todas son importantes en algún grado. Sí destacamos, y creeo que “La resolución de problemas tecnológicos escolares”, a través del proyecto tecnológico tiene una función articuladora de las otras dimensiones (en algún momento de un proyecto tecnológico escolar se toca, en mayor o menor medida el resto de las dimensiones). Por otro lado hay que tener claro que el área tecnología tiene vínculos estrechos ligados a lo socioproductivo, pero no es la finalidad última de este espacio, ya que, entiendo que trabajamos en ámbitos educativos, con finalidad educativa.
Entre las principales características del proyecto tecnológico, destaco la posibilidad que nos brinda de enfatizar la actividad tecnológica (proceso tecnológico) dentro del tiempo escolar, el cuál se caracteriza por ser poco productivo y limitado. Por otro lado, (y adhiriendo a la perspectiva propuesta por Jordi, Font en: “la enseñanza de la Tecnología en la ESO”) destacamos el cuidado de la realización de proyectos sin base donde sustentarlos; ya que, el equilibrio entre la impartición de bloques de conocimientos y la realización de proyectos es un tema clave cuando hablamos de metodología en el Área de Tecnología.
Entre los elementos que puedo considerar imprescindibles para sustentar la realización de un proyecto tecnológico y que por tanto, cada uno de ellos en su medida, se han de haber adquirido con anterioridad, están:
- el conocimiento de los materiales y de las herramientas básicas.
- la adquisición de destrezas manipulativas básicas en condiciones de seguridad.
- la adquisición de la capacidad de buscar, evaluar y aplicar soluciones técnicas ya existentes, procesos ya establecidos, etc.
- la capacidad de comunicar en diferentes soportes, por escrito y dibujando, las ideas tomadas del exterior o desarrolladas por uno mismo.
-los conocimientos necesarios para hacer cálculos (de cantidades de materia, de tiempo, de dinero, etc.).
De todos modos, en cada caso se tendrá que ver qué conocimientos es preciso tener antes de empezar un proyecto y cuáles se pueden reservar para ser adquiridos como entradas durante su realización. Por ejemplo, un proyecto de diseño y construcción de un aparato electrónico como un detector de luminosidad ambiental que encienda las luces del aula al oscurecer, requiere que los alumnos ya sepan soldar, pero en cambio, cómo son y cómo funcionan las fotorresistencias puede ser una entrada de información durante la realización del proyecto.
Con respecto a la implementación de la Educación Tecnológica en el aula, (y teniendo en cuenta la metodología proyectual) creo importante observar las alternativas propuestas por el INET, donde identifica tres opciones:
Polo técnico productivo.
Polo intermedio.
Polo técnico social.
Opción Polo Técnico Productivo:
En esta opción de implementación, la infraestructura y los cuatro espacios del aula tecnológica (Espacio de Recursos Bibliográficos e Informáticos, Espacio de Laboratorio, Ensayo y Experimentación, Espacio de Desarrollo y Construcción de Modelos, Espacio de depósito y almacenamiento) son, de alguna manera, imprescindibles, ya que cada uno de ellos representa el entorno de trabajo de un gran número de operaciones técnicas que aparece habitualmente en el mundo industrial-empresarial. Este modelo puede ser el más adecuado para escuelas cuya modalidad esté dada por la Producción de Bienes y servicios (que dicho sea de paso es al cual adherimos).
Opción Polo Intermedio:
Se trata de instituciones que, seguramente, definirán su nivel a partir de modalidades como las de Ciencias Naturales, Economía y Gestión de las Organizaciones, o Humanidades y Ciencias Sociales.
Podríamos pensar aquí, entonces, en un tipo de aula tecnológica de menor complejidad, tanto en lo que hace a infraestructura como a equipamiento constructivo; en un entorno de trabajo que debe posibilitar los medios para la realización de proyectos tecnológicos básicos, a partir de los cuales los alumnos centren su atención en una reflexión acerca de la tecnología como componente de la cultura general.
Opción Polo Técnico Social:
Realiza el abordaje del área desde una perspectiva fundamentalmente social, relacionándola sobre todo con la interacción entre la actividad tecnológica, el ambiente y la sociedad, más que con el hecho técnico en sí mismo. Esta alternativa minimiza el trabajo con contenidos específicos de diversas ramas de la tecnología. Los alumnos realizan investigaciones y tareas de campo, a través de las cuales detectan necesidades y proponen alternativas de solución. En general, estas soluciones no implican diseño ni construcción, y se desarrollan sin el soporte de instrumental, máquinas y/o equipamiento específico alguno.
De lo anterior, creeo que no podemos simplificar el problema eliminando una u otra dimensión, ya que todas son importantes en algún grado. Sí destacamos, y creeo que “La resolución de problemas tecnológicos escolares”, a través del proyecto tecnológico tiene una función articuladora de las otras dimensiones (en algún momento de un proyecto tecnológico escolar se toca, en mayor o menor medida el resto de las dimensiones). Por otro lado hay que tener claro que el área tecnología tiene vínculos estrechos ligados a lo socioproductivo, pero no es la finalidad última de este espacio, ya que, entiendo que trabajamos en ámbitos educativos, con finalidad educativa.
Entre las principales características del proyecto tecnológico, destaco la posibilidad que nos brinda de enfatizar la actividad tecnológica (proceso tecnológico) dentro del tiempo escolar, el cuál se caracteriza por ser poco productivo y limitado. Por otro lado, (y adhiriendo a la perspectiva propuesta por Jordi, Font en: “la enseñanza de la Tecnología en la ESO”) destacamos el cuidado de la realización de proyectos sin base donde sustentarlos; ya que, el equilibrio entre la impartición de bloques de conocimientos y la realización de proyectos es un tema clave cuando hablamos de metodología en el Área de Tecnología.
Entre los elementos que puedo considerar imprescindibles para sustentar la realización de un proyecto tecnológico y que por tanto, cada uno de ellos en su medida, se han de haber adquirido con anterioridad, están:
- el conocimiento de los materiales y de las herramientas básicas.
- la adquisición de destrezas manipulativas básicas en condiciones de seguridad.
- la adquisición de la capacidad de buscar, evaluar y aplicar soluciones técnicas ya existentes, procesos ya establecidos, etc.
- la capacidad de comunicar en diferentes soportes, por escrito y dibujando, las ideas tomadas del exterior o desarrolladas por uno mismo.
-los conocimientos necesarios para hacer cálculos (de cantidades de materia, de tiempo, de dinero, etc.).
De todos modos, en cada caso se tendrá que ver qué conocimientos es preciso tener antes de empezar un proyecto y cuáles se pueden reservar para ser adquiridos como entradas durante su realización. Por ejemplo, un proyecto de diseño y construcción de un aparato electrónico como un detector de luminosidad ambiental que encienda las luces del aula al oscurecer, requiere que los alumnos ya sepan soldar, pero en cambio, cómo son y cómo funcionan las fotorresistencias puede ser una entrada de información durante la realización del proyecto.
Con respecto a la implementación de la Educación Tecnológica en el aula, (y teniendo en cuenta la metodología proyectual) creo importante observar las alternativas propuestas por el INET, donde identifica tres opciones:
Polo técnico productivo.
Polo intermedio.
Polo técnico social.
Opción Polo Técnico Productivo:
En esta opción de implementación, la infraestructura y los cuatro espacios del aula tecnológica (Espacio de Recursos Bibliográficos e Informáticos, Espacio de Laboratorio, Ensayo y Experimentación, Espacio de Desarrollo y Construcción de Modelos, Espacio de depósito y almacenamiento) son, de alguna manera, imprescindibles, ya que cada uno de ellos representa el entorno de trabajo de un gran número de operaciones técnicas que aparece habitualmente en el mundo industrial-empresarial. Este modelo puede ser el más adecuado para escuelas cuya modalidad esté dada por la Producción de Bienes y servicios (que dicho sea de paso es al cual adherimos).
Opción Polo Intermedio:
Se trata de instituciones que, seguramente, definirán su nivel a partir de modalidades como las de Ciencias Naturales, Economía y Gestión de las Organizaciones, o Humanidades y Ciencias Sociales.
Podríamos pensar aquí, entonces, en un tipo de aula tecnológica de menor complejidad, tanto en lo que hace a infraestructura como a equipamiento constructivo; en un entorno de trabajo que debe posibilitar los medios para la realización de proyectos tecnológicos básicos, a partir de los cuales los alumnos centren su atención en una reflexión acerca de la tecnología como componente de la cultura general.
Opción Polo Técnico Social:
Realiza el abordaje del área desde una perspectiva fundamentalmente social, relacionándola sobre todo con la interacción entre la actividad tecnológica, el ambiente y la sociedad, más que con el hecho técnico en sí mismo. Esta alternativa minimiza el trabajo con contenidos específicos de diversas ramas de la tecnología. Los alumnos realizan investigaciones y tareas de campo, a través de las cuales detectan necesidades y proponen alternativas de solución. En general, estas soluciones no implican diseño ni construcción, y se desarrollan sin el soporte de instrumental, máquinas y/o equipamiento específico alguno.
Estos modelos los debemos contextualizar en nuestra institución escolar y nos debe servir de guía en la tarea de construir el espacio adecuado para nuestra disciplina, tomándolo como un objetivo a alcanzar y no como una condición indispensable para enseñar Tecnología.