Extracto del capítulo dos del libro, “Educación Tecnológica. Trabajos de enseñanza y de aprendizaje”, de Abel Marchisio y Juan Carlos Pintos
La tecnología, la técnica y la ciencia: similitudes y diferencias.
La tecnología es una disciplina joven, cuya sistematización comienza a mediados del siglo XX. En el mundo contemporáneo, se la define de muy distinto modo. En lo que sigue, se citan algunas definiciones que expresan cómo puede llegar a concebirse a la misma en un ámbito como el educativo (según Font, J., 1996):
ü “Como el conjunto de todos los métodos racionales de cada campo de la actividad humana”
ü “Como la aplicación de los conocimientos científicos y de otros tipos organizados de conocimientos o tareas prácticas por medio de sistemas jerarquizados que incluyen hombres y máquinas”
ü “Puede entenderse en un sentido amplio como el tratado o el conjunto de conocimientos técnicos, o en un sentido restringido como el conjunto de conocimientos técnicos de un área de actividad específica”
ü El ámbito de la tecnología, engloba todo el conjunto de conocimientos teóricos y prácticos que, debidamente organizados y sistematizados, se dirigen a resolver diferentes necesidades humanas”
ü Es la aplicación creativa de conocimientos y destrezas para diseñar y realizar productos de calidad con el fin de satisfacer necesidades”
ü ………………
ü ……………..
ü …………etc.
De las definiciones anteriores se destaca aquello que tienen en común, y es que la tecnología tiene su razón de ser, su esencia, en la resolución de problemas tecnológicos y la satisfacción de necesidades y deseos humanos, y tiene sus procedimientos propios (Proyecto tecnológico, análisis de producto, enfoque sistémico).
También se puede observar en estas definiciones que a veces sólo se incluyen a las máquinas, artefactos, herramientas y técnicas de producción artesanal o industrial. Sin embargo, hoy se incluyen con el mismo derecho a las técnicas que permiten la gestión de las organizaciones humanas (políticas, sociales, económicas, deportivas, etc.). A las primeras se las suele denominar tecnologías duras y a las últimas, tecnologías blandas.
La tecnología, entonces, se preocupa más por la metodología proyectual que por conocer las causas últimas de los fenómenos, aunque dichas causas son de su interés cuando se ponen al servicio de la resolución de un problema tecnológico, que puede involucrar el manejo de técnicas de representación, de organización grupal, de transformación en el intento de elaborar un producto o poner en marcha un servicio.
Por otra parte, la Ciencia hoy está fuertemente condicionada por necesidades tecnológicas (Se estudian ciertas bacterias para producir ciertas mejoras en los productos alimenticios, por ejemplo).
Algunos descubrimientos científicos se aplican a ciertas prácticas tecnológicas generando así “ciencia aplicada” pero no estrictamente Tecnología.
En síntesis, se da por supuesto que las ciencias tradicionales invocan el rigor y la sistematicidad de los contenidos a enseñar, producto de un cuerpo teórico con fronteras establecidas para cada disciplina. La tecnología, en cambio, no resulta abarcable por las ciencias, porque su escenario incluye siempre la complejidad de los medios prácticos-cognoscitivos. Los saberes de la tecnología tienen muchas veces, grados de indeterminación, una cierta imprecisión, y su comprensión es bastante parcial; las soluciones a sus problemas son múltiples, variadas e impredecibles, según el caso, por estar frecuentemente condicionadas por el acervo de conocimiento local a mano disponible, por ejemplo, en el momento de tomar decisiones de diseño y ejecución o de abrir una caja negra.